La encontró con los brazos apoyados en el alféizar de la ventana y la mirada perdida, acercándose un poco mas pudo escuchar en medio de susurros aquello que jamás le había dicho...
Sería tan fácil tumbarse a contar las estrellas, todas aquellas que iluminan el cielo de media noche que retumban en ecos solitarios demasiado lejanos, demasiado fugaces, pero son solo eso ecos muertos que se ya hace tiempo que se han perdido, puede que en medio de mil ecos mas que también han seguido su camino.
Y sí, sería tan fácil tumbarse a intentar contarlas acallando los rumores de su perdida...
Por que a veces nos dedicamos a recordar ecos lejanos del pasado y de pronto chocamos con una realidad con esa que nos hace bajar la vista del cielo a nuestras manos entrelazadas y quien sabe quizás nos volvamos algún día ecos lejanos, estrellas en medio de un anochecer oscuro, pero esta noche solo quiero recordar la luz de tus pupilas clavadas en mis pupilas antes de irme a dormir.
La tomó de la mano y se fundieron en un abrazo, que dio lugar a besos, besos que fueron descubiertos por el amanecer...
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