Lleva demasiado tiempo en la mierda del recuerdo. En la oscura caverna de Platón tan ciega y a la vez tan rota por tantas noches de ojos como platos.
Tan resquebrajada, por dentro óxido y escamas, por fuera diamante imposible de romper. Pero tan huidiza de este mundo que no se ha dejado pulir.
Navega en las corrientes de este río para arrasar sus esquinas. Para dejarse la piel en cualquier cama buscando alguna medicina. Nunca recordó ningún nombre.
Una vida llena de imágenes de imágenes. De realidades disfrazadas.
De ojos cerrados a cal y canto que no se sabe bien si duermen. De noches de sueños que nunca tuvieron ningún testigo. De pastillas para la resaca que se fundían su cerebro. Pero así no dolía. Así soñaba con soñar. Con aún tener esperanza.
En el terreno de los sueños nos encontramos con matices que van más allá de historias felices.Realidad anestesiada. Herencia de la generación perdida. Del boom de la libertad, ee descampados llenos de jeringuillas.
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