viernes, 27 de febrero de 2015

Historias de invierno



El aire juega divertido con mis letras las ordena y las desordena en palabras sin sentido, quizás recuerdos de leves murmullos que quedaron atrapados en el viento, y este traicionero se entretiene susurrandolas en mi oído mientras me alborota el pelo.


Puede que sea historia aquello de lo que habla o tal vez sea tan solo una historia. 

La de una ventana, una chica y un invierno que parecia no tener fin, de tazas de té que se consumían a la velocidad del cigarrillo que en la otra mano sostenía. 

Y que irónica la vida cuando trata a las personas, pues de todos sus vicios el de la ceniza era el menos dañino.

Una simple distracción para no pensar en el fuego, ese que la apresaba al recordar el aroma de su perfume, sus ojos castaños clavados en los suyos, sus abrazos que en lugar de a ella aprisionaron su corazón.

Se marchó, hullendo, y dejo el corazón durante su camino, otra vez herido en batalla, otra vez perdido en manos del enemigo.






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